La variante iota del coronavirus se expande un 25% más rápido en comparación con las demás, según estudios realizados por el Departamento de Sanidad y la Escuela de Salud Pública Mailman, de la Universidad de Columbia.

Por su parte, otro informe publicado en medRxiv señala que esta cepa aumenta el riesgo de muerte en un 46 entre las personas de 45 a 64 años. Mientras que en los adultos entre 65 a 74 años es del 82% y para los mayores de 75 es del 62%.

Al respecto, las autoridades encendieron las alarmas no solo por la velocidad de propagación y el aumento en la tasa de mortalidad, sino también por la resistencia a las vacunas. Asimismo, supone otro factor en materia de riesgo y es que una persona puede ser portadora de la variantes durante varias semanas sin haberse dado cuenta.

Cabe señalar que, la cepa registró su primer caso en noviembre de 2020 en Nueva York y se destacó por su rápido contagio en dicho lugar.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud, la cepa fue detectada en Colombia a principios de julio en varias ciudades del país. Entre ellas, Bogotá, Meta, Guanía, Cundinamarca, Casanare, Arauca, Santander, Bolívar, Atlántico, Sucre, Córdoba, Chocó, Antioquia, Cauca, Valle del Cauca y Nariño.

Hasta el momento, los estudios y las medidas para combatir las diferentes cepas del COVID-19 continúan y las recomendaciones son las mismas. En ese sentido, se insiste en el uso de tapabocas, vacunación masiva y lavado constante de manos.

Sin embargo, en países como Estados Unidos son alarmantes los resultados de estas investigaciones referentes a la peligrosidad de iota.

(vía enteratecali.net)