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El Congreso colombiano aprobó la prohibición de corridas de toros y otros espectáculos taurinos, marcando un avance significativo en la protección animal. La ley, pendiente de sanción presidencial, incluye un plan de transición de cuatro años para transformar plazas de toros y reubicar laboralmente a quienes dependen de esta práctica.

En una decisión histórica, la Cámara de Representantes de Colombia aprobó el 28 de mayo el proyecto de ley que pone fin a las corridas de toros, rejoneo, novilladas, becerradas y tientas en el país. La iniciativa, liderada por la senadora Esmeralda Hernández, fue respaldada por una mayoría abrumadora y ahora se dirige a la etapa de conciliación antes de ser presentada para sanción presidencial.

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"Hoy es un día en el que Colombia hace historia. Hoy se pone fin a más de 500 años de tortura animal en las plazas de toros y se abre paso a una sociedad más justa, digna y empática con el planeta y la vida", expresó la senadora Hernández tras la votación. Con 93 votos a favor y solo 2 en contra, el proyecto de ley representa un cambio significativo en la legislación colombiana sobre los derechos de los animales.

La ley contempla la reconversión de las plazas de toros en espacios culturales y la creación de programas para reubicar laboralmente a quienes dependen de la tauromaquia. Se establece un período de transición de cuatro años, durante el cual se realizarán censos para identificar a las personas afectadas y vincularlas a nuevos empleos. El cuarto año se dedicará a transformar las plazas de toros en lugares destinados a conciertos, ferias y actividades deportivas y culturales.

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Antes de entrar en vigencia, el proyecto deberá pasar por una etapa de conciliación y luego recibir la sanción presidencial. Además, se implementarán planes educativos en colegios y escuelas para fomentar el respeto y protección de los animales. La senadora Hernández también destacó la importancia de garantizar que los toros que participaron en corridas sean tratados bajo principios de protección animal, permitiéndoles vivir en libertad.

Esta ley coloca a Colombia en una posición de liderazgo en la protección animal a nivel mundial, alejándose de las tradiciones de maltrato y avanzando hacia una sociedad más consciente y respetuosa con la vida animal.