El proyecto, que superó el último debate en plenaria, establece que se disminuya gradualmente el número de horas semanales que deberán cumplir los colombianos.

La iniciativa la retomó el Centro Democrático, pues la había presentado el exsenador Álvaro Uribe antes de renunciar a su curul, y determina una disminución de 48 a 42 horas pero con un régimen de transición y no será una ley de aplicación inmediata.

Es decir que este cambio solo comenzará a aplicarse hasta el 2023 cuando se reducirá la primera hora, y así sucesivamente por los siguientes tres años, hasta llegar a las 42 horas.

Eso significa que solo en el año 2026 la jornada laboral llegaría a las 42 horas y vería efectiva la reducción de 6 horas.

Uribe tuvo una intervención en el Congreso a propósito del texto que radicó haciendo referencia a que esta decisión aumentará la productividad y que las empresas que se han acogido a la disminución de la jornada tampoco han afectado la generación de empleo. Estas fueron sus palabras:

Justamente, Bruce Mac Master, director de la Andi, indicó en la plenaria que “el cambio de la jornada laboral va en el sentido totalmente contrario a que debería. Se está encareciendo la creación de empleo, se está afectando la competitividad“.

Mientras que Rosmery Quintero, presidenta de la Asociación Colombiana de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Acopi) señaló que “está demostrado que proyectos parecidos en otros países no han generado el empleo que se pretendía. La estructura empresarial está desgastada: se han agotado todos los esfuerzos para preservar el empleo“.

Para el sector empresarial, la decisión no ayuda a generar más empleo sino aumentar los costos de su formalización.

(VÍA PULSO)